Meditar con los ojos abiertos o cerrados ¿Qué es mejor?
David Brossa
- Contenido actualizado en
En este artículo vamos a contestar a una de las dudas más frecuentes en meditadores principiantes. La respuesta breve es que merece la pena probar ambas opciones y quedarte con la que más te resulte cómoda. La cuestión de meditar con los ojos abiertos o cerrados preocupa a muchos a la hora de empezar a meditar, e incluso, es uno de los obstaculos principales al meditar.
¿Cómo se medita con los ojos cerrados?
Para meditar con los ojos cerrados, puedes sentarte o estirarte sobre alguna superficie cómoda, como una silla, cama o hamaca. La clave para meditar con los ojos cerrados es centrarte en los otros sentidos que no sean la vista. Por ejemplo, puedes meditar fijándote en sonidos, olores, sabores o sensaciones que percibas por el tacto.
Errores comunes al meditar con los ojos cerrados
El errror más común al meditar con los ojos cerrados es dejar que te invada la incomodidad por estar con los ojos cerrados. La opción de cerrar los ojos al meditar no está hecha para todo el mundo, y es que puedes llegar a sentir incomodidad por no estar viendo lo que te rodea. Aunque la realidad es que esta incomodidad sólo son pensamientos. Si te das cuenta de que sólo son pensamientos y los ignoras, puedes habituarte y disfrutar de meditar con los ojos cerrados.
Beneficios de meditar con los ojos cerrados
Meditar con los ojos cerrados ofrece múltiples ventajas:
– Facilita centrarte en todos los sentidos que no son la vista. Los humanos dependemos mucho de la vista y es nuestra forma principal de explorar el mundo. Meditar con los ojos cerrados es una forma de agudizar más otros sentidos como el oído y el tacto.
– Ayuda a evitar distractores visuales. Si estás meditando en un lugar en el cuál hay personas u objetos en movimiento, cerrar los ojos puede ayudarte a tener menos distracciones.
– A la larga hace que el cerebro asocie el acto de cerrar los ojos con disfrutar de tu momento de relajación. Sobretodo si no sueles cerrar los ojos en ninguna actividad diaria a parte de dormir.
¿Qué significado simbólico tiene meditar con los ojos cerrados?
Meditar con los ojos cerrados puede atribuirse simbólicamenre al gesto de dejarte llevar y confiar en el destino. Esta interpretación significa que cerrar los ojos es una forma de prescindir de lo que ves y dejar que sea el entorno el que te diga qué es lo que deberías visualizar.
La práctica de mindfulness con los ojos cerrados también se puede relacionar con el deseo de conectar más profundamente con el mundo que no se ve o que no se puede percibir por la vista. Es decir, conocer más a fondo nuestras emociones, pensamientos o sensaciones físicas y darte cuenta de cómo estas configuran nuestra forma de ver el mundo.
¿Es malo meditar con los ojos cerrados? Razones para no hacerlo
Como decíamos al comienzo, meditar con los ojos cerrados puede generar incomodidad, sobretodo si meditas frente a otras personas. Además, al cerrar los ojos es más difícil reflexionar y aprender sobre los estímulos visuales de tu alrededor. Esto implica que tal vez estés meditando en un precioso paisaje de bosque y estés ignorando el movimiento de las hojas o las tonalidades de colores de las flores y plantas.
¿Se puede meditar con los ojos abiertos?
Sí, se puede meditar con los ojos abiertos, a pesar de que la mayoría de personas prefieren meditar con los ojos cerrados. En los siguientes apartados profundizaremos más sobre cómo meditar correctamente con los ojos abiertos y varios pros y contras a tener en cuenta.
¿Cómo meditar con los ojos abiertos?
Para meditar con los ojos abiertos, primero de todo asegúrate de escoger mirar a un lugar con pocos estímulos visuales. Puedes escoger un entorno adecuado o mirar a un punto fijo. Sobretodo sigue este consejo si no te has habituado aún a hacer tu práctica de mindfulness con los ojos abiertos.
Un buen ejemplo de lugar al que mirar, pueden ser las olas del mar, debido a que son movimientos repetitivos que difícilmente te descincentrarán. Otra buena idea es fijarte en un paisaje estático o con poco movimiento, como por ejemplo plantas de un jardín, un árbol, etc.
Malos ejemplos podrían ser mirar una calle transitada o mirar las nubes del cielo de una tormenta. Esto es debido a que pueden aparecer interrupciones inesperadas que te desconcentren de la práctica.
Errores comunes al meditar con los ojos abiertos
Es muy frecuente al hacer mindfulness con los ojos abiertos, girarse y mirar el alrededor desde varios ángulos. Este es el error más común, debido a que el cambio de perspectiva puede hacer que aparezcan muchos pensamientos indeseados. Siempre puedes hacer un «escáner» visual repasando con tus ojos lo que tienes delante, sin tener que girar la cabeza.
Otro error habitual al mantener los ojos abiertos, es tener cerca relojes, temporizadores o dispositivos electrónicos. Esto puede hacer que estés más pendiente del tiempo que llevas meditando que de la experiencia de meditar en sí.
Por último, es importante evitar meditar con la vista cansada o somnolencia, debido a que puede reducir mucho tu capacidad de atención o incluso hacer que te duermas en plena práctica.
¿Dónde mirar al meditar?
Durante la meditación puedes enfocar la vista en un punto fijo, o en distintos detalles que encuentres frente a tí. Algunos de los detalles pueden ser los colores, formas, texturas, figuras de los objetos, etc.
Ventajas de meditar con los ojos abiertos
Hacer mindfulness con los ojos abiertos puede suponer varias ventajas respecto a la meditación clásica de los ojos cerrados.
Por una parte, meditar con los ojos abiertos te permite apreciar la belleza del entorno y ser más consciente de todo lo que te rodea. Esto te permitirá reflexionar y aprender más sobre lo que tienes delante. Por ejemplo, meditar frente a un limonero, puede ser una experiencia que te haga reflexionar sobre las cualidades de los limones y los esfuerzos de las personas que trabajan a diario para recolectar estos frutos y hacer que sean más accesibles para todos.
Por otra parte, la meditación abriendo los ojos ayuda a habituarte en multitud de entornos y meditar incluso en situaciones que de normal no podrías. Por ejemplo, una espera antes de una reunión de trabajo, se puede convertir en una práctica de mindfulness con los ojos abiertos, mirando a una pared y centrándote en tus propias sensaciones. Por el contrario, en esta situación cerrar los ojos generaría miedo a ser «enganchado» meditando al comienzo de la reunión, generando tensión e incomodidad.
El significado simbólico de abrir los ojos en la meditación
Meditar con los ojos abiertos puede interpretarse como la voluntad de conocer la verdad y guiarse por la razón y la lógica. Habitualmente las personas que meditan con los ojos abiertos tienden a ser analíticas, escépticas y racionales.
Abrir los ojos en la meditación es una forma de guiarse por las evidencias, dando importancia a lo que se puede ver y es tangible. Este tipo de práctica refuerza la creencia de que el mundo observable es el real y el que debemos.prestar atención.