¿Por qué la meditación puede aumentar mi ansiedad?

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David Brossa

Soy David, psicólogo especializado en ansiedad y apasionado de las meditaciones. Llevo más de 4 años ayudando a pacientes a meditar de forma efectiva e intuitiva. Dedico mucho esfuerzo a que las meditaciones resuelvan problemas reales que todos sufrimos, como el estrés, ansiedad, insomnio y malestar por relaciones sociales. Leyendo mi blog podrás encontrar muchas guías didácticas para que meditar también sea algo evidente para tí y que te ayude a solucionar tu malestar!

La meditación es una práctica milenaria reconocida por sus múltiples beneficios, como la reducción del estrés y la promoción del bienestar general. Sin embargo, algunas personas experimentan un aumento de ansiedad al meditar, lo cual puede resultar desconcertante. A continuación, exploraremos las posibles causas de este fenómeno y cómo abordarlas.

1. Expectativas poco realistas

Es común iniciar la meditación con la esperanza de lograr una calma inmediata y profunda. Cuando esto no sucede, puede surgir frustración y ansiedad. Es esencial comprender que la meditación es un proceso gradual que requiere paciencia y práctica constante.

2. Enfrentamiento con pensamientos reprimidos

Al meditar, reducimos las distracciones externas, lo que puede hacer que afloren pensamientos y emociones que hemos evitado conscientemente. Este enfrentamiento puede ser incómodo y generar ansiedad, pero también ofrece una oportunidad para procesar y sanar esas emociones.

3. Técnicas inadecuadas o falta de guía

Sin una orientación adecuada, es posible que se utilicen técnicas de meditación que no se ajusten a nuestras necesidades o nivel de experiencia, lo que puede provocar incomodidad o ansiedad. Contar con la guía de un instructor experimentado puede ser beneficioso para adaptar la práctica a nuestras particularidades.

4. Personalidad ansiosa

Las personas con tendencias ansiosas pueden encontrar desafiante la práctica de la meditación, ya que implica soltar el control y estar presentes en el momento. Esta confrontación con la necesidad de control puede intensificar la ansiedad inicialmente.

5. Intensidad y duración inadecuadas

Comenzar con sesiones de meditación demasiado largas o intensas puede ser abrumador y contraproducente. Es recomendable iniciar con períodos cortos y aumentar gradualmente la duración a medida que nos sentimos más cómodos con la práctica.

6. Sensaciones físicas inesperadas

Durante la meditación, pueden surgir sensaciones físicas inusuales, como mareos o sensación de flotación, que pueden interpretarse erróneamente como signos de alarma, generando ansiedad. Reconocer estas sensaciones como parte del proceso meditativo puede ayudar a reducir la preocupación.

7. Falta de información y preparación

Desconocer las posibles experiencias durante la meditación puede llevar a interpretaciones erróneas y ansiedad. Informarse adecuadamente sobre la práctica y sus posibles efectos puede preparar al meditador para enfrentar diversas experiencias con mayor tranquilidad.

Conclusión: ¿Es normal tener ansiedad al meditar?

Experimentar ansiedad durante la meditación no es inusual y puede ser una parte natural del proceso de autoconocimiento. Abordar las causas subyacentes, ajustar la práctica según nuestras necesidades y buscar orientación adecuada puede transformar estas experiencias en oportunidades de crecimiento personal.

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